El garbanzo en esta receta se utiliza sin cocer, pero para ablandarlo y hacerlo digerible ha de ponerse en remojo entre 8 y 12 horas, de esa manera, la membrana de la piel del garbanzo se disuelve y libera los oligosacáridos, cuya descomposición ocasiona tantos gases en nuestro intestino.
También podemos dejar que los garbanzos germinen, pues con la germinación las propiedades nutricionales de la legumbre se multiplican y se generan multitud de enzimas que hace que las digestiones sean aún más ligeras.
Así que, si quieres que germinen, después de dejarlos en remojo 24 horas, cuela el agua, aclarara los garbanzos y deja los granos en el colador durante al menos dos o tres días, cubiertos con una toalla húmeda. Enjuaga cada día los garbanzos con abundante agua y déjalos tapados con la toalla húmeda. Al tercer o cuarto día ya habrá crecido la raiz entre 1 o 2 cm y estarán listos para preparar esta y otras recetas, como hummus o ensaladas.
Si no deseas esperar a que el garbanzo germine y observas que el agua de la zona es dura, como ocurre en Ciudad Real, puedes agregar bicarbonato (1 gramo por litro de agua) para facilitar la entrada del agua a través de la piel de esta legumbre cuando esté en remojo.
INGREDIENTES
ELABORACIÓN
De la primera manera te quedarán más ligeras y de la segunda más crujientes ;-) Tú decides.